Reprimir a barras no es el camino

El primer paso que debe darse es que el Estado se involucre y haya un acompañamiento con estos grupos de animación que son parte de este espectáculo.

CIUDAD DE MÉXICO 

En México el futbol siempre ha estado disociado del Estado y mientras así sea no se podrán sentar las bases para resolver el problema de la violencia en los estadios y evitar hechos como los del partido entre Gallos Blancos de Querétaro y Atlas, donde integrantes de las porras –también conocidas como barras– se enfrentaron salvajemente el sábado 5, con un saldo de 26 heridos.

«El Estado debe tomar cartas en el asunto; así lo hicieron Inglaterra, Alemania, Colombia y Argentina. No se puede dejar un problema así en manos únicamente del futbol. Claro que las autoridades del futbol tienen que asumir responsabilidades que deben ir más allá de las sanciones que se están dando, porque éstas son una respuesta a la presión de los medios», explica Fernando Segura Trejo, integrante de la organización Salvemos al Futbol, creada en Argentina en 2006. Segura, doctor en sociología, comenzó a estudiar el fenómeno de la violencia en el futbol en ese 2006. Es un mexicano criado en Argentina que después se trasladó a Brasil para trabajar con los aficionados y con la policía militar en el estado de Goiás y en Río de Janeiro.

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